21 abril 2011

Un sagrario vacío

Hoy, al llegar a la iglesia para la celebración de la Cena del Señor (en Madrid están cayendo chuzos de punta, pero no llovía cuando llegamos a la iglesia mi familia y yo), me ha impresionado de una forma especial encontrar el sagrario vacío.
Es normal comenzar la liturgia del Jueves Santo con el sagrario vacío, pero la visión de ese sagrario vacío me ha provocado una sensación especial, como si estuviera viendo una alegoría del ser humano, vacío, sin Dios.

¿De qué sirve un sagrario si está vacío? Más aún, de que serviría un sagrario si no hubiera nada con qué llenarlo.


Así nos dejó el pecado, vacíos de Dios, y por tanto, vacíos de contenido, de sentido, de razón de "ser".
El hombre, en pecado, carece de razón de "ser". No tiene sentido alguno su existencia. Y además, no tiene en su mano la potestad de reparar el daño, la ofensa a la Majestad Infinita.

Sólo Dios puede restaurar la unión que el hombre ha perdido con su Creador de forma voluntaria, libre.
Sólo Dios puede, y quiere.
El Hijo no creado del Padre. El Hijo que canta en el Seno de la Familia Divina todo lo que es el Padre, en un abrazo de Amor Infinito, se abaja hasta hacerse uno de nosotros en carne mortal, en carne doliente.

Y de pronto, ese sagrario vacio en que se había convertido el hombre por su pecado, ese sagrario vacío en que había convertido el hombre a la creación entera, contiene ahora físicamente una Sagrada Hostia única. El Verbo de la vida está llenando con su inmensidad infinita la creación. Y está llenando el corazón de unos pobres pingajos sin sentido, elevándolos a la categoría de amigos, de hermanos. "Ya no os llamo siervos, sino amigos".

Y la tarde del Jueves Santo, del primer Jueves Santo, el sagrario vuelve a iluminarse, a inundarse de Vida. Vuelve a tener la razón de "ser" en Aquel que se es el Ser en sí mismo.

Pero, oh terribilidad de la maldad del hombre empecatado, cegado por la soberbia. Viniendo a los suyos, los suyos no le recibieron. Y lo humillaron, lo azotaron, lo expulsaron de su lado, de su vida, de su corazón de la forma más perversa y terrible posible.

¡Cómo podremos consolar el corazón solitario de nuestro Mesías! ¡Cómo aliviar, no sólo el sufrimiento físico al que le someten (sometemos) los hombres perversos, sino el sufrimiento de su alma inmaculada, que queriendo "atraernos a todos al seno de Dios Padre, ESTÁ SÓLO!.

Qué triste y sólo está Jesús la noche del Jueves Santo

¡Vayamos a estar con El el tiempo que podamos esta noche. Esta es la noche!

Mañana, el hombre pervertido, volverá a dejar vacío el sagrario.
Esa mano tendida de la Misericordia Infinita, llamándonos de nuevo a su lado, será clavada en un madero. Pero antes, Jesús no se ahorra el sufrimiento, el dolor del escarnio, de la incomprensión y del abandono, incluso, de los suyos.

Acompañemos esta noche al Solo.

Ioachim.


La Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia ha vertido en su tema "EL SOLO" la vivencia del alma de Cristo, su soledad terrible y lacerante la noche del Jueves y el Viernes Santo. La raiz honda de su dolor.
http://www.laobradelaiglesia.org/spa/escritos/lim/spalim30.pdf
Este tema es un compañero para ayudarnos a sintonizar con el alma sufriente de Cristo esta noche de Jueves Santo.

Acompañemos esta noche al Solo.
Qué solo está mi Jesús está noche.

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